Tengo sueño. Cierro los ojos y me pesan los recuerdos...

Tengo sueño. Cierro los ojos y me pesan los recuerdos. ¿Por qué será que las estrellas no me dejan llegar hasta mi cama? Oh, pequeña, pareciera que solo tiritan para decirme que aún soy un tonto... tu tonto. Enredado en tu número telefónico que no se ha olvidado de esos besos que te hacían reír.

Pronto la luna caerá como una moneda para dar paso al ajedrez de la mañana. ¿Qué lado me tocará? ¿Qué lado quisieras que te toque? Todo en la vida tiene dos caras (¿verdad?) y no sé por qué, pero nunca me sale la buena estación de radio, los pasos correctos del baile, el autobús en el que dejaste caramelos, anécdotas y la forma en que mirabas las calles verdes... tristes... llenas de gentes vacías que nunca se darán cuenta de que están siendo felices.

Me encuentro solo, es cierto, pero también cerca de ti. No hace falta cerrar los ojos para eso, el aroma suave de las nubes que hace temblar a mis cortinas, es suficiente artilugio para tenerte... Ahora estás tan cerca de mí como tu nombre en mis labios, como tu tierno recuerdo en la palma de mis manos.

Sin embargo, sigo teniendo sueño... aunque no es gracias a ti. A lo mejor por eso sigo despierto. Oh, por favor, dime qué se siente no tener al menos un pequeño sentimiento de este tonto... Dime, tú, la que siempre vuelve como si fuera la dueña hasta de las cenizas de mis cigarrillos.

A lo mejor y esta es mi madrugada de suerte. La luna podría tropezar con un gato, cambiar de dirección por algún suspiro de nube y entonces podría ser que en unas horas, cuando ya esté durmiendo, el sol logre quemar tu bandera...

¿Te imaginas lo que sería despertar sin algo tuyo navegando en mis pupilas?

¿Podría, por una vez, mi corazón ser tan egoísta como para disfrutar de esa libertad de jugo de naranja?

¡Pobre tonto, sumergido en tantas, tantas preguntas que hacen que los relojes corran hacia atrás...!

-¿De qué tienes miedo? ¿Acaso no te gusta esta nueva seguridad de saber que, la próxima vez que abras los ojos, la habrás dejado de amar?-

Oh, luna, ahora solo estoy seguro de que en verdad la vida tiene dos lados y me parece que esta vez tampoco me tocará la buena estación de radio, ni aprenderé los pasos de baile... No subiré al autobús; seré parte de la calle.

Tan solo otro solitario más que en la realidad lo tendrá todo, pero al que solo le importará volver a la cama temprano... y soñar.

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