Me pregunto cuánto de ti realmente fue mío...

Me pregunto cuánto de ti realmente fue mío y si alguna vez realmente existí ante tus ojos. 

Quién sabe y a lo mejor solo fui un viento cálido que te abrigó por unos instantes (nada más), quizás por eso es que has vuelto a mirar atrás pensando que no hay otro lugar más a donde mirar.

Y me gustaría saber si alguna vez tus labios le encontraron sentido al pronunciar mi nombre... Verás, ahora juego estos juegos, pensar en cómo cortas el pan para el desayuno y darme cuenta que ni la manera en cómo tratas de encajar las piezas separadas, me han pertenecido alguna vez…

La mañana desolada, las calles naranjas y vacías, el atardecer que deja jugar un rato más a las nubes; todo eso tiene algo de ti, de tu ausencia, de esas nuevas palabras tuyas que nunca llegarán a mis oídos. 

¿Te das cuenta?

Esto ahora es así:

El encierro me ha obligado a sacar hasta mi tablero de ajedrez, aunque sin ti, no sé cuál será mi próximo movimiento. 

Sin embargo, me alegra que al menos el pasado te haga sonreír.

A mí el sol me pone triste, ¿sabes?, y estos días ha soleado como nunca.

Por eso,  ¿podrías dejarme al menos por hoy la luna?

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