Después del pendiente, la estatua roja de tu boca quedó intacta de ultrajes...


Después del pendiente,
la estatua roja de tu boca
quedó intacta de ultrajes
y no hay duda de que
el ruido superficial de la arena
nunca se comparará
con la madrugada
que te nace en los poros.

Ya nadie te podrá lastimar,
eres libre al fin de todo este
folclor imaginario
que suele llenarse de despedidas
pero nunca de casualidades.

Sueña que a nadie le importa ya
si alguna vez nos enamoramos
porque malinterpretamos todas
esas canciones de los años 60.

Ve al sur a reparar los daños,
las grietas de tu piel de mármol.

Ve a deshacerme:
la sensación de que me disuelvas
como una planta en tus manos.

Yo me callaré sin entender el acertijo,
el susurro de una mañana
que no para de contar estrellas
se ha puesto a extrañar esos tus ojos.

Las ventanas que han marchitado la luna
son los únicos amigos que me quedan.
Así que no te extrañe si lloro,
después de todo, te he encontrado
sabiendo bien que iba a perderte.

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